Desde la invención del horno microondas en año 1946 se ha creado el mito popular, el cual dice que la comida calentada en un horno microondas es perjudicial para la salud, o que en si la presencia de un horno de este tipo puede afectar el cuerpo humano. Ante esto, podemos afirmar que este mito es falso, y para comprobarlo a continuación se explicara las bases del funcionamiento.
Para entender un poco el funcionamiento de las microondas, partiremos del hecho que dio a su invención en el año 1946 por el ingeniero y doctor Percy Spencer quien se encontraba realizando pruebas con un magnetrón, sin darse cuenta que justo ese día descubriría uno de los mejores inventos de la historia, se dice que Percy Spencer llevo su mano a uno de sus bolsillos y noto que su chocolatina se había derretido, muy inquieto por ese suceso empezó a investigar y llego a la conclusión que las ondas del magnetrón habían afectado a la chocolatina.
De esta manera se creo el Horno microondas el cual genera ondas de radio de alta frecuencia (2.500 Mghz o 2,5 Ghz) las ondas de esta frecuencia son absorbidas por el agua, las grasas y las azucares que generalmente se encuentran en los alimentos. Las ondas en las moléculas generan un cambio en la dirección magnética que a una frecuencia de 2.500 Mghz puede ser a 2.500 millones de veces por segundo, ahora la excitación de millones de moléculas que contienen los alimentos genera un incremento de calor en toda la masa lo que hace que los alimentos se calienten, sin cambiar la composición de los mismos.
Cabe mencionar que las microondas son absorbidas en mayor cantidad por las moléculas de agua que en grasas o azucares, de allí depende el tiempo de exposición requerida para cada tipo de alimentos. Por otro lado, las cerámicas y el cristal no absorben las microondas por ende resultan materiales prácticos de los utensilios contenedores, ya que estos no se calentarán.